El espacio que ocupas.
Photo by Unsplash
Ya no pertenecen al tiempo ni tus manos,
ni tu cuerpo, ni tus palabras.
Ya no pertenecen ni tus pendamientos
ni tus memorias a aquello que se dice, que se espera. Te has emancipado.
Pero te has emancipado no como algo que súbitamente se desquebraja, sino como algo que se desentiende.
Crees estar en otro lado cuando ocurre que realmente estás aquí.
¿O es que eres nada sin tu cuerpo?
Ya no pertenecen tus arrugas ni tus canas a la rutina que nada dice. Le has sido arrancado.
Ni tampoco pertenecen tus miedos y preocupaciones a la vida, tú mismo ya no perteneces.
Pero si no ocupas un espacio en el tiempo, ni en la rutina ni en la vida,
¿entonces qué espacio ocupas?
¿O es que realmente te has ido?